BP nunca se habría incriminado en la investigación del desastre del golfo de México. Pero el informe de la petrolera explicando los hechos parece más un intento de desviar las culpas.
En principio, el informe pretendía aclarar los sucesos, así como aportar recomendaciones para evitar futuros accidentes. Concluye que hubo una combinación de ocho fallos de seguridad que el 20 de abril llevó a pique a la plataforma causando once muertos y el mayor vertido en la historia de EE UU. Estos errores parecen confirmar la ley de Murphy: todo lo que podía salir mal, salió mal. Mientras BP reconoce que falló, también reparte responsabilidades al operador de la plataforma, Transocean, y al contratista, Halliburton. Estas incluyen una cubierta de cemento defectuosa y el fracaso de la cuadrilla de perforación de Transocean a la ahora de reconocer señales de peligro.
Por su parte, BP acepta que sus trabajadores, en relación con Transocean, interpretaron incorrectamente una prueba de presión que habría impedido el estallido. Sin embargo, considera improbable que el diseño de la plataforma, responsabilidad suya, sea la causante del incidente. El dedo acusador se deja a Tony Hayward, el consejero delegado saliente, que declara que el accidente se debió a varios factores, incluyendo un trabajo defectuoso en la capa de cemento. Un informe de los ingenieros de BP es mucho más contundente culpando al pozo y al equipo de perforación, ambos fuera de la responsabilidad de BP.
Aun así, es difícil defender que el informe sea totalmente objetivo. La petrolera quizá tenga razón al decir que no hay un único factor causante del accidente. Pero si se pidiese a Transocean y a Halliburton que identificasen los ocho aspectos más relevantes, habrían hecho una selección distinta. De hecho, Transocean culpa al diseño de la plataforma.
En definitiva, la investigación oficial del Departamento de Justicia de EE UU será la que cuente. Si consideran que BP cometió una negligencia grave, se enfrentaría a reclamaciones millonarias. Una pequeña parte está cotizando ya en las acciones de BP y nada hace pensar que el riesgo haya aumentado. BP ha tenido ya la palabra y ahora debe esperar a que el precio de su acción muestre una indiferencia similar a las investigaciones realizadas por sus socios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario