miércoles, 8 de septiembre de 2010

La Bolsa de Nueva York no pudo hoy sustraerse a las dudas que sigue suscitando la reciente prueba de solvencia realizada a los bancos europeos y perdió parte de lo avanzado en las cuatro sesiones previas. La jornada fue desfavorable en los mercados bursátiles a ambos lados del Atlántico y en el caso de Wall Street contrastó con el buen ánimo comprador que había prevalecido la pasada semana, con ayuda de unos datos de actividad manufacturera y de empleo en Estados Unidos que resultaron más favorables de lo que se esperaba. En esta primera sesión después de un largo paréntesis festivo, los inversores no tuvieron sin embargo argumentos económicos positivos que les incitara a seguir comprando valores bursátiles y se contagiaron de la preocupación acerca de la salud de los bancos europeos recientemente evaluados. El diario The Wall Street Journal señaló hoy que las pruebas de solvencia realizadas este año a 91 bancos europeos subestimaron las carteras de deuda soberana de alto riesgo de algunas entidades. El análisis de ese rotativo indica que muchos bancos no aportaron una visión tan completa de sus inversiones en deuda soberana como pretendían las autoridades reguladoras europeas. A esos temores acerca del potencial riesgo asumido por algunas entidades bancarias se unieron otros datos que reflejaron un descenso del 2,2% en julio en los pedidos del sector industrial en Alemania, lo que supone una reducción mayor de la que se preveía. Con ese escenario de fondo y sin datos económicos en Estados Unidos que ayudaran a compensar el ambiente sombrío predominante, los inversores en Wall Street optaron por recoger beneficios y orientar fondos hacia destinos que consideran más seguros, incluidos el dólar, el oro y los bonos del Tesoro estadounidense. El dólar se fortaleció así ante el euro y por esa divisa europea se pagaban 1,2692 dólares al cierre del mercado bursátil, en tanto que la deuda pública estadounidense a diez años subía de precio, para ofrecer una rentabilidad del 2,6%. Los contratos de oro para entrega en diciembre, los más negociados en el mercado neoyorquino, se revalorizaron 8,20 dólares (0,7%) y cerraron a 1.259,30 dólares la onza, un nivel que no se veía desde finales de junio pasado, cuando la cotización de esta materia prima registró los precios más altos de su historia. El índice Dow Jones de Industriales perdió el 1,03% al cierre (-107,24 puntos) y finalizó en 10.340,69 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 bajó el 1,15% (-12,67 puntos), a 1.091,84 puntos. El índice compuesto del mercado Nasdaq retrocedió el 1,11% (-24,86 puntos) y se situó en 2.208,89 unidades. American Express (-4,09%) lideró el grupo mayoritario de componentes del Dow que cerraron con pérdidas en el valor de sus acciones, seguida de Disney (-2,39%), JPMorgan Chase (-2,27%), Cisco Systems (-2,19%) y Bank of America (-2,15%). También se anotaron descensos destacables Boeing (-1,89%), Travelers (-1,76%), Home Depot (-1,74%), Intel (-1,68%) y 3M (-1,61%). Tan sólo cuatro componentes del Dow lograron en cambio cerrar la sesión con ganancias y fueron más notorias en el caso de McDonald's (0,95%), a la que siguieron General Electric (0,31%), Coca-Cola (0,12%) y Verizon (0,07%). Fuera del Dow, las acciones de la tecnológica Oracle subieron un 5,87% en el Nasdaq, al conocerse que ha incorporado al ex presidente de Hewlett Packard, Mark Hurd, a su equipo directivo en calidad de copresidente y miembro del Consejo de Administración. Hewlett Packard anunció después la interposición de una demanda contra Hurd -quien abandonó la empresa después de verse implicado en un escándalo con una ex contratista- por no respetar supuestamente acuerdos de confidencialidad que había suscito con la empresa. Las acciones de esa compañía cerraron con un descenso del 1,04%, en un día en que el barril de petróleo de Texas se depreció en esta ocasión un 0,68% y finalizó a 74,09 dólares en el mercado neoyorquino.

Una investigación interna de BP sobre la mortal explosión del 20 de abril que inició un enorme vertido de crudo en el golfo de México atribuirá la responsabilidad a BP y a otras compañías implicad en las operaciones del pozo, según publicó el Wall Street Journal. 

La investigación de BP, que se conocerá el miércoles, es una de muchas iniciadas tras la explosión a bordo de la plataforma de perforación Deepwater Horizon, que causó 11 muertos y causó el peor vertido de petróleo en la historia estadounidense. El diario dijo el martes que la investigación explicaría por qué los ingenieros no se percataron de señales claves que indicaban que el pozo era inestable, como resultados preocupantes en las pruebas de presión. 

Bloomberg publicó un informe similar el 30 de agosto, y ambos citaron una persona familiarizada con el asunto. BP declinó hacer declaraciones el martes. Mark Bly, encargado de seguridad y operaciones de BP que encabezó la investigación, dijo en mayo que los trabajadores en la plataforma entendieron mal una de esas pruebas horas antes de la explosión. 

Más de cuatro millones de barriles de crudo se vertieron en el golfo hasta el 15 de julio, cuando una tapa ubicada en la boca del pozo cortó todo el flujo. El Departamento de Justicia lleva a cabo una investigación criminal sobre el derrame, mientras que la Guardia Costera y la Agencia de Gestión de Energía Oceánica llevan a cabo una pesquisa conjunta. BP es el dueño y operador del pozo Macondo, y contrató a Transocean para que lo perforase. Transocean controlaba y operaba la plataforma. También contrató a Halliburton para que condujera obras con cemento para mantener la estabilidad del pozo.

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