La reactivación económica de Estados Unidos se tornó más lenta en el segundo trimestre y creció sólo un 1,6 por ciento si bien el presidente de la Reserva Federal , Ben Bernanke, aseguró ayer que persisten las condiciones para que el crecimiento tome un nuevo impulso en 2011.
El Departamento de Comercio dio a conocer su revisión del cálculo del Producto Interior Bruto (PIB) del segundo trimestre, que inicialmente había marcado un ritmo de crecimiento anualizado del 2,4 por ciento.
Tras semanas de incertidumbre sobre el impacto de la ralentización económica, el Gobierno constató que el crecimiento fue muy inferior, un 1,6 por ciento, aunque los analistas esperaban una cifra algo inferior. En el primer trimestre, el ritmo de crecimiento del PIB fue de un 3,7 por ciento anual.
El Departamento de Comercio informó además que el índice de inflación sigue siendo bajo. Si se excluyen los precios de los alimentos y de la energía, la inflación subyacente en el segundo trimestre fue del 1,1 por ciento.
En un discurso ante los jefes de los bancos centrales en un simposio en Jackson Hole (Wyoming), Bernake dijo que el banco central hará lo que sea necesario para alimentar la recuperación de la mayor economía del mundo.
“Las políticas monetarias siguen siendo muy generosas y las condiciones financieras se han tornado más favorables para el crecimiento”, afirmó.
Indicó, además, que la Reserva Federal (FED, por su sigla en inglés) no permitirá que la economía de Estados Unidos caiga en un período de deflación, si bien reconoció que “no existe un riesgo significativo de que ocurra en estos momentos”.
DOW JONES SUBE, PERO NO LO SUFICIENTE
Las alentadoras palabras del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por su sigla en inglés), Ben Bernake, lograron espabilar ayer a Wall Street, que reaccionó con un avance del 1,65 por ciento, aunque este enérgico despertar no le permitió salvar a tiempo una semana que terminó en números rojos.
El temor a que Estados Unidos caiga de nuevo en la recesión que abandonó recientemente y, por lo tanto, incurra en una recesión de doble fondo (“double dip”) ha tenido apabullado al mercado neoyorquino durante toda la semana.
Con el bombardeo de datos macroeconómicos que se han hecho públicos durante las últimas sesiones,
La mayor parte de esos datos alimentaron el temor a un nuevo declive de la economía estadounidense, como los decepcionantes datos de pedidos de bienes duraderos a las fábricas estadounidenses y de ventas de casas nuevas.
Tuvo que aparecer ayer Bernake para avivar a los inversores y animarlos a acudir al mercado, asegurando que persisten las condiciones para que el crecimiento estadounidense tome un nuevo impulso en 2011.
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