Justo ayer cuando se cumplían tres años del estallido mediático de la crisis hipotecaria y financiera de los subprime con la decisión de la BNP de congelar la retirada de liquidez de dos de sus fondos invertidos en hipotecas de riesgo y la rápida reacción del Banco Central Europeo inyectando 50.000 millones en el interbancario, los máximos responsables de la política norteamericana estadounidense cumplieron ayer las expectativas de Wall Street al anunciar que adoptarán nuevas medidas de expansión cuantitativa (con compras de nuevos títulos de deuda y de nuevos títulos hipotecarios cuando lleguen a su vencimiento).
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Tras ceder alrededor de un 1% a lo largo de la sesión, la Bolsa de Nueva York mitigó la bajada hasta alrededor de un 0,50%.
El comunicado de la Fed subraya que el ritmo de la actividad se ha "desacelerado en los últimos meses" y subraya que mantendrá su política para evitar una recaída en la recesión, la temida double dip recession, que en el mes de abril sólo parecía posible para los profesionales del pesimismo. En marzo y abril, el sector privado creó 400.000 empleos; desde entonces 50.000, incluyendo la destrucción de 131.000 empleos en julio, el doble de lo previsto.
La decisión de ayer sugiere que el presidente, Ben Bernanke, ha conseguido limar las diferencias entre quienes temen que la economía sufra una larga deflación y son partidarios de más compras de títulos de deuda e hipotecarios y quienes consideran que lo peor ha pasado ya y que llega el momento de reducir el balance de la Reserva Federal, que se ha hinchado desde 900.000 millones de dólares a algo más de dos billones de dólares.
El primer alivio para los mercados financieros, como ocurría tantas veces con Alan Greenspan, es que la Reserva Federal hará lo que sea necesario para evitar una recesión. En este sentido, el comunicado recuerda que los tipos de interés seguirán a un"nivel excepcionalmente bajo" durante "un extenso periodo de tiempo" hasta que el crecimiento sea lo bastante fuerte y cree empleo. Con el tipo de interés de los fondos federales que regulan el mercado interbancario en el 0,25%, los responsables de la Fed sólo disponen de un cartucho en el plano de los tipos de interés.
Por este motivo, los analistas especulaban ayer con que, además de su apoyo verbal a la recuperación, los banqueros centrales guardaban en la recámara la posibilidad de utilizar los intereses que perciben por los títulos de deuda e hipotecarios que han comprado desde octubre del 2008 para adquirir más títulos, y asegurar así una reducción adicional en las rentabilidades de los títulos a dos, cinco, diez y treinta años (con mención especial en los plazos de cinco y diez años, los que tienen una mayor repercusión en el endeudamiento de los hogares y las empresas).
Fuentes del mercado cifran entre 75.000 millones de euros y 135.000 millones los ingresos que obtiene la Reserva Federal de su cartera de títulos hipotecarios y de deuda pública adquiridos durante la crisis financiera de finales del 2008 y principios del 2009. El comunicado confirma que la Reserva Federal mantendrá el tamaño de su balance sustituyendo los activos que vayan venciendo.
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